si no puedo desilusionarme entonces soy feliz
Bastante extraño todo, el local era un antro, la amplificación decadente, muy poca gente, pero ahí estábamos nosotros, y desarmamos el escenario con el peso de la banda, nos llenamos de vida con las ganas de las 20 personas que presenciaron el espectáculo coreando cada canción; tanto así que quemamos la potencia.
Habrá sido la energía de los dos vocalistas, el bajista, el guitarrista y el baterista. Ante todo amigos, pero además una banda que cada día se hace más fuerte.
¡Como una sola pieza!
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